Es conocido que San Judas Tadeo es el abogado de los imposibles, el intercesor incansable que todo lo logra cuando le rezas con fe y sincera devoción. Esta oración puede repetirse al sentirse atribulado y ansioso por alcanzar algo que parece muy lejano y fuera del alcance. Se sugiere que se rece durante toda una semana (comenzando un viernes) y se descanse durante la segunda semana. Deben repetirse las oraciones a la tercera semana… ¡Ya se debe estar percibiendo la ayuda de San Judas Tadeo!
Oh Glorioso Apóstol San Judas,
fiel servidor y amigo de Jesús,
el nombre del pérfido discípulo que entregó a tu Maestro
en manos de tus enemigos,
ha hecho que muchos te hayan olvidado,
pero la Iglesia te venera y te invoca como
Patrón de los casos desesperados.
Ruega por mí tan necesitado, haz uso del privilegio
a ti concedido de prestar visible y pronta ayuda,
Cuando ésta de nada ni de nadie se espera.
Ven a mi ayuda en esta gran necesidad
para que pueda recibir las consolaciones y socorros del cielo
en todas mis necesidades, tribulaciones y dolores
en particular (aquí haz tu petición) y pueda
bendecir a Dios contigo
y con todos los elegidos en la eternidad.
Te prometo, Bienaventurado San Judas,
agradecerte para siempre este favor
y no cesar de honrarte como especial y poderoso Protector,
y hacer cuanto esté en mi poder para fomentar
la devoción a tu Patrocinio.
Amén.
Oh Glorioso Apóstol San Judas,
fiel servidor y amigo de Jesús,
el nombre del pérfido discípulo que entregó a tu Maestro
en manos de tus enemigos,
ha hecho que muchos te hayan olvidado,
pero la Iglesia te venera y te invoca como
Patrón de los casos desesperados.
Ruega por mí tan necesitado, haz uso del privilegio
a ti concedido de prestar visible y pronta ayuda,
Cuando ésta de nada ni de nadie se espera.
Ven a mi ayuda en esta gran necesidad
para que pueda recibir las consolaciones y socorros del cielo
en todas mis necesidades, tribulaciones y dolores
en particular (aquí haz tu petición) y pueda
bendecir a Dios contigo
y con todos los elegidos en la eternidad.
Te prometo, Bienaventurado San Judas,
agradecerte para siempre este favor
y no cesar de honrarte como especial y poderoso Protector,
y hacer cuanto esté en mi poder para fomentar
la devoción a tu Patrocinio.
Amén.
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